Hay quienes afirman que cuando una mujer decide hacer un cambio en su vida lo refleja con una metamorfosis radical en su cabello. Unas se lo tiñen, otras se lo cortan… en mi caso transformé la estructura de mi hebra, de lacio a rizo.

Mi cambio fue más grande, de lo esperado. Y aquello que empezó simplemente para conocer cómo sería mi cabello rizado, se convirtió en el sendero para redescubrirme. En esta aventura identifiqué y analicé algunos de mis complejos e inseguridades en temas de imagen.

Recordemos un poco el pasado.

Mi nivel de locura era increíble. Lean bien lo que antes decía: «Si tuviera el ‘pelo bueno’ sería inaguantable, por mi melena» (¿acaso el ‘cabello bueno’ me hacía mejor?), sumado a «Al llegar al cielo la única queja que le daré a Dios será por qué me hizo con ‘cabello malo'». ¡Grave error!

Aspiraba a otro tipo de cabello como si el mío no fuera lo suficientemente bueno para amarlo.

Además, antes era fija cada semana es un salón de belleza. Allí mientras más caliente recibía mi cabello, era mejor. Era la manera de garantizar que durara lacio toda la semana.

Mi lema, mientras me quemaba la oreja con el blower era: «Todo por la belleza». Aguantaba el infierno en la cabeza para lucir un ‘cabello bello’. Hasta la neuronas me quemaban. !Sé que exagero, pero era una tortura!

Ah, pero si ya mi cabello estaba sucio y tenía que amarrarlo, era un motivo para sentirme fea. Y que nadie me hablara de agarrarme todo el cabello con la frente al descubierto. Eso era imposible porque decía que mi frente era muy grande. !Qué complejos!

¿Por qué no amar lo que soy ?

Muchas lecciones aprendí hacia el cabello rizado, una transición que ha durado un poco más de dos años. Más que físico, fue un cambio interno.

Ahora más que nunca amo mi pelo tal cual como es, rebelde por una causa y me quiero tal cual como soy. Me cuestiono si valió la pena y me respuesta es !SÍ¡ (en mayúscula y con signos de exclamación).

Razones para amar mis rizos

  • Mi cabello se comunica solo, no requiere intérprete.
  • La máxima recompensa es la libertad.
  • La belleza no está en los «salones de belleza», está en mí y por tanto, también está en ti.
  • Puedo ser y sentirme diferente.
  • El cabello rizado no pasa desapercibido, lo odian o lo aman.

Mi proceso de transición

Lusverlyn Arias